Cuando le cuento a la gente que me dedico al Diseño de Iluminación, lo primero que me preguntan es: ¿Qué es eso?
Muy rara vez saben lo que hacemos los diseñadores de iluminación. Al terminar de explicarles con un resumen bastante sencillo lo que hago, me preguntan: ¿y por qué la luz?
La gente que me conoce sabe que vengo de un mundo de números, procesos, de encontrar soluciones a problemas mediante el uso de la lógica y la ciencia; en resumen, de un mundo ingenieril donde predomina la razón y la ingeniería toma la mayor figura. Por ello que creo que se preguntan sobre mi inclinación hacia el mundo de la luz. Y he de confesarlo, esa misma pregunta me la he hecho yo un sinfín de veces a lo largo de mi camino profesional, para asegurarme que estoy en el camino correcto.
Tratando de no caer en lo cursi… puedo decir que “la luz me llama”. Y yo, me siento como niña chiquita preguntándome y cuestionándome todo sobre ella: ¿Cómo funciona?, ¿qué puedo hacer con ella?, ¿qué efectos se pueden lograr?, ¿cómo puedo interactuar con ella?, etc.
Creo fielmente que, aunque he estudiado los diferentes conceptos lumínicos, la historia de la luz, distintas técnicas lumínicas, etc.; lo que más me funciona para entenderla, es experimentar con ella, manipularla y poder crear.
Considero que la mayoría de los que nos dedicamos a la luz nos vemos atraídos por esa magia que sucede cuando, después de cierta oscuridad, presionamos el botón de encendido… de esa magia que vemos en las sombras a nuestro alrededor, de los colores de los atardeceres y del contraste de cualquier espacio en el día y la noche. Este interés que nos une, nos hace descubrir diferentes formas de incluir este grandioso elemento en diferentes espacios y objetos para darles un valor agregado que sea bastante práctico, útil y que sea estéticamente interesante.
Así que, volviendo al principio, ¿por qué la luz?
Porque la luz es arte, magia, transformación… pero también porque la luz es un medio para cambiar la vida de las personas haciéndolas más productivas, dándoles relajación, guiándolas en el espacio, transformando y volviendo diferente su entorno para darles un espacio seguro, una experiencia nueva e incluso una mejor calidad de vida.
Artículo por: María José Briseño
